Antes de que finalice el presente año BMW presentará en nuestro país el nuevo eléctrico i3, un eléctrico 100x100. Se trata de un desarrollo efectuado en EEUU. L
a factoría estadounidense de la marca alemana se ocupa del primer tratamiento del material con el que está
hecho la carrocería: polímeros reforzados con fibra de carbono. Este material, propio hasta ahora de la
competición o de los grandes superdeportivos, hace que el cuerpo sea un 30% más ligero que uno de
acero, aparte de hacer más fáciles y baratas las reparaciones de los pequeños golpes. Como también
toda la parte inferior del i3 -donde descansan el motor, el cambio o las baterías (que pesan 230 kilos)-
está hecha de aluminio; se ha empleado magnesio y un método que requiere menos pintura, se logra el
primer objetivo buscado: hacer el vehículo lo más ligero posible para aumentar la autonomía con una
determinada batería, o poder colocar otra más grande.
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Vanguardista aspecto del novedoso BMW i30 |
En concreto, el i3 tiene un peso de 1.270 kilos en la variante 100% eléctrica y de 1.390 en la de
autonomía extendida. Esta segunda se venderá en 2014 y recurre a un pequeño motor de dos cilindros y
650 cc. que actúa como generador de electricidad cuando se ha agotado la almacenada. Aunque no tiene
un gran recorrido: con un depósito de unos nueve litros, daría para unos 140 kilómetros extras haciendo la
conducción más eficiente posible.
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Nada es igual al i3 porque su personalidad está por encima de criterios y estilos
La revolucionaria construcción tiene otras ventajas, pues la rigidez de la célula del habitáculo permite
prescindir del pilar central. Esto tiene sus pros y sus contras. Entre los primeros, que se facilita el acceso
al interior, homologado para cuatro ocupantes y con la banqueta posterior colocada un poco más alta.
Aunque no es tan sencillo como parece, hay que desplazar sí o sí el asiento delantero y superar un
escalón bastante ancho. Además, las puertas traseras, que se abren en sentido contrario a la marcha,
sólo se pueden abrir si antes lo hacemos con la delantera y esta no cierra si no lo está ya la posterior.
El diseño es impecable, tanto en el exterior como su espacio interior. La fuerza visual se va a las dos pantallas de información,
una con todo lo referente al sistema de propulsión, que va colocada delante del volante, y otra mucho más
grande, para el sistema multimedia y de comunicaciones, que va en la parte central del salpicadero. El
cambio automático de variador continuo se gestiona a través de un mando bastante curioso. Los demás,
como los colocados en el túnel central, son los ya conocidos de otros BMW.
En cuanto a su propulsión, la marca no ha deseado escatimar ni un euro y ha montado un motor eléctrico de 170 caballos, con un
enorme par de 250 Nm que, como pasa con esta tecnología, esta disponible desde casi el primer metro. De modo que cuando se pisa el acelerador empuja desde el principio. Las cifras oficiales de BMW marcan a este vehículo: de 0 a 100 en 7,2 segundos y 4,9
segundos en pasar de 80 a 120 km/h. El resultado, es una autonomía que oscila entre 130 y 160 kilómetros seleccionando
el modo de conducción Comfort. Hay otros dos, el Eco Pro y el Eco Pro+ que añaden otros 20 kilómetros
extras en cada caso. Cuanto tengamos oportunidad de conocer más a fondo este atractivo automóvil ampliaremos esta información.
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