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domingo, 26 de abril de 2020

Entre Archivos y Recuerdos: Renault Sport Spider

Al pasar páginas de archivos que guardo encuadernados de mi experiencia de probador de novedades automovilísticas durante más de tres décadas para prensa, radio y TV, me satisface comprobar que mi admiración por el automóvil, que me inculcó mi padre, está a la misma altura de mi gran amor por mi ciudad. Recuerdo que para centrarnos en este modelo deportivo de Renault, debemos situarnos al principio de la década de los 90´s en los salones de automóvil que visitábamos con asiduidad como invitados. Esas muestras eran la vanguardia del futuro y mostraban en sus prototipos un avance de la movilidad cercana, otras el camino a largo plazo y, la mayor parte de las veces, comprobamos como ejercicios de diseño y maquetas a tamaño real pasaban a formar parte del limbo automovilístico al ser abandonados en la estantería del olvido.
El Salón de Paris 1990 vio nacer al Renault Spider.
Tenemos que viajar en el tiempo para entrar en el Salón de París de 1990 cuando Renault nos presentó al Laguna, pero no al Renault Laguna de todos conocido. Este nombre, que más tarde la marca del rombo se lo asignaría una berlina, apareció en esta muestra unido aun deportivo futurista, que a mí me llamó y sigue llamándome muy mucho la atención. Era un pequeño Speedster, que me recordaba un poco al Lotus Elise, al menos así me pareció. Tenía de parabrisas un alerón integrado bajo y forma curvada sin cristal. Como ejercicio de diseño,  nos mostraba las bases maestras sobre las que nacería en Renault Sport la estrella, mejor dicho el rombo que hoy recuerdo al ver esta maravillosa propuesta que llegaría finalmente en 1995 para probarlo en su presentación internacional.
Era un auténtico deportivo que Renault Sport fabricó en la planta de Alpine.
Motor del Clio William de 2 litros y 147 CV de potencia con un peso de 965 Kg.
La producción se asignó a la planta de Alpine en Dieppe, de 1995 a 1999, el Renault Sport Spider solo se fabricaron en una pequeña tirada que rondaría a las 2.000 unidades, pero teniendo en cuenta que algunas de ellas se destinadas a la competición y por tanto no se matricularon.
El bastidor del Renault Sport Spider se desarrolló en aleación ligera y contaba con suspensión de doble horquilla y barras estabilizadoras en ambos ejes para aumentar su agarre al asfalto. El Sport Spider era y sigue siendo muy aerodinámico y en sus líneas nos adelanta su personalidad y carácter deportivo. Tan sólo nos llamaba la atención su gran entrada de aire para refrigerar el motor situado en posición trasera. Por cierto, que aunque mucha gente cree que sólo se fabricó en color amarillo, también se fabricaron en otros colores, aunque en la prueba que realizamos en las Islas Canarias, el amarillo fue el color que la prensa española probó en el archipiélago canario.
Apertura de sus puertas tipo tijera que daban entrada a los dos pasajeros.
El Renault Sport Spider contaba con una original apertura de las puertas parecidas a la de algunos superdeportivos de hoy, estas puertas daban entrada a los dos pasajeros que se encomendaban a dos entradas de aire cuya misión era protegerlos de las inclemencias del aire e intentar elevarlo por encima de las cabezas de los pasajeros. Pero a pesar de la austeridad que presentaba, el coche levantó una gran expectación. En sólo quince meses el Renault Sport Spider ya estaba en las concesiones de la marca y fabricados en Dieppe (Seine-Maritime, Normandie), la antigua sede de Alpine-Renault. Pero con la posibilidad de montar una luna delantera y limpiaparabrisas. El modelo para la venta tenía un peso total de 965 kg. Renault Sport ofrecía en esta serie la posibilidad como opción un techo de lona y para los modelos sin parabrisas, sólo se podía equipar una lona de protección que cubría el habitáculo y para usarlo debía retirarse.
Nada de lujos, totalmente espartano, pero era un disfrute sacarle partido.
El interior de este icono deportivo era tan simple como su exterior. Es decir desprovisto de casi todo lo superfluo. Dos asientos deportivos tipo banqueta y en el salpicadero un promontorio en color aluminio delante del conductor con información mínima sobre el motor y una consola central con un botón y nada más. No había radio, ni había ventilación, no había guantera… nada de nada. Sin embargo, sí contaba con la posibilidad de regular los pedales a las necesidades por altura deel conductor.
Relojes de presión de aceite, cuentavueltas y temperatura del agua son suficientes. 
El Sport Spider tiene motor transversal trasero de 2 litros y 247 CV a 6.000 rpm.
El propulsor que montaba el Sport Spider era el mismo que montaba el Clio Willians. Un tetracilíndrico de 2 litros transversal trasero que entregaba  147 CV a 6.000 rpm. Aunque parecen pocos caballos, las sensaciones eran apasionantes, gracias a su contenido peso. Este deportivo podía alcanzar los 215 km/h y de acelerar de cero a cien kilómetros por hora en menos de siete segundos. A este apartado ayudaba y mucho, los cortos desarrollos de su cambio manual de cinco velocidades. Conducirlo era una auténtica gozada, pero tenía su punto débil en aquel tiempo el consumo nos parecía muy alto ya que las cifras de homologación lo situaban cercano a los 9 l/100km. Todo un poema para el bolsillo.
El Renault Sport Spider con el cristal delantero y los limpiaparabrisas.
Renault Sport también fabricó, como comentamos anteriormente, versiones para competición con potencias cercanas a los 300 CV y que incluso eliminaban el asiento del pasajero para reducir aún más el peso, pero debido a la escasa tirada del Renault Sport Spider, estas unidades quedaron como simples iconos para demostraciones del modelo.
Poco después Opel presentó su Speedster en Portugal.
La famosa casa de subastas RM Sotheby’s es la encargada de poner a la venta una unidad de este espectacular deportivo. La unidad que ha aparecido ahora a subasta en Essen, ¿qué precio puede alcanzar?. La verdad eso no se sabe. En la actualidad las unidades que se pueden encontrar a la venta en el mercado europeo oscilan en su mayoría entre los 45.000 y 55.000 euros. Por poner en contexto una cifra, el Renault Sport Spider se vendía en 1997 por 5.520.000 pesetas, 33.175 euros al cambio. La moda de este tipo de vehículos no terminó con el Sport Spider, porque en un tiempo récord Opel sacó al mercado y probamos en el Algarve portugués, su modelo Speedster del que ya hablaremos.